¿De qué forma nuestra
inteligencia emocional ayuda en las habilidades sociales y por ende las
laborales?
Para responder a esto se puede
decir que a través de un conjunto de rasgos de personalidad, tales como habilidades sociales, el lenguaje y su
comunicación, la empatía, los hábitos personales, las motivaciones, etc. Dichos
rasgos en término sociales se les ha denominado Soft Skills, lo cual es parte
esencial de las personas en su interés con el mundo exterior y sus relaciones
con la sociedad.
Por otro lado están las Hard
Skills que son las habilidades que posee una persona para poder desempeñar una
determinada tarea o actividad.
Para que una persona pueda
desempeñarse en el mundo social y laboral, se debe tomar en cuenta que tanto es
importante lo que sabe respecto a su área laboral, como la forma de ser que
tiene. Parte de lo que se pretende en la actualidad es que las Soft Skills
complementen a las Hard Skills, no que sean un aspecto contrario o que trunquen
el desarrollo profesional de un individuo.
Muchas organizaciones toman en
cuenta las Soft Skills como parte esencial para que una persona pueda
desempeñar un determinado puesto, que gracias a éstas será la forma en que
mejore el área que cubre o que tiene a cargo dicha persona.
La importancia de las Skills es
que puedan generar en la persona un mayor potencial en su interacción con los
otros (compañeros, jefes, clientes, etc.),
así como en los conocimientos concretos del trabajo o actividad
desempeñada.
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